Editorial

Medidas económicas concretas

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Chile no creció en 2023, según las proyecciones del Banco Central, y aunque la estimación es mejor que la recesión que diversos organismos y expertos auguraban a comienzos del año pasado, es a todas luces un magro resultado.

Los aires de optimismo que trajo al equipo económico el alza de 1,2% en el Imacec de noviembre, no es en ningún caso un alivio suficiente para el país, su economía y las familias. Crecer cero o no crecer es una mala noticia y viene a ser el corolario de una década de estancamiento, en que Chile no superó el 1,9% de expansión promedio, entre 2014 y 2023, muy por lejos del 4,8% de 2004-2014 y de la bonanza de fines de los ‘90.

Los aires de optimismo que trajo al equipo económico el alza de 1,2% en el Imacec de noviembre, no es en ningún caso un alivio suficiente para el país, su economía y las familias.

Los datos son conocidos. La segunda administración de la exPresidenta Michelle Bachelet no logró una expansión promedio más allá de 1,8%; y en los siguientes cuatro años, la ausencia de reformas pro crecimiento e inversión, sumado a las consecuencias sociales y económicas del estallido, la pandemia, y los negativos efectos de los retiros previsionales alejaron el sueño de ingresar al selecto grupo de las economías desarrolladas.

En ese escenario resultó un costo mayor e inexplicable que la actual administración no considerara el crecimiento como una prioridad. “Es cierto que el actual Gobierno en sus inicios no tenía el tema del crecimiento como central”, reconoció recién en agosto pasado el ministro de Hacienda, ante un grupo de empresarios.

En el intertanto se perdió la oportunidad urgente de emprender reformas estructurales de fondo para retomar un PIB tendencial por sobre el 2,1%, claramente insuficiente para resolver los desafíos sociales y económicos del país. Tras el fracaso de la apuesta del Ejecutivo por llevar adelante una reforma tributaria, la posterior propuesta de un pacto fiscal ha traído un nuevo aire, pero no ha despejado la incertidumbre. Tampoco ha habido avances en materia previsional y se espera para la próxima semana el envío de las reformas en permisología.

La creación de un gabinete económico es una buena noticia, pero solo en la medida en que sus ministros impulsen prontas decisiones que favorezcan el crecimiento y sitúen el desarrollo como una política de Estado.

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